sábado, 2 de febrero de 2008

Video de nuestro trabajo

Aquí tenemos un excelente video realizado por una integrante del grupo, Enuri Aranda, donde se muestra todo el trabajo que hemos realizado en este proyecto. Conoce un poco más acerca de "La dictadura del relativismo"

4 comentarios:

Yeimi dijo...

Te felicito al tomar la iniciativas de elaboerar este blog te dejo este comentario:
En mis estudios de Pregrado tuve la oportunidad de cursar Filosofía con el Profesor Ramón Calzadilla, un hombre tan controversial que era imposible saber cual era su posición u opinión sobre las cosas, siempre cuando uno creía tener la razón de algo llegaba él y nos la quitaba de tal manera que uno terminaba dándole la razón, pero para nada porque aún así él volvía a ponernos de cabeza y terminábamos la clase tan enredados que siempre parecía que tanto él como nosotros teníamos la razón, aquello era como para volverse loco! Siempre era un ida y vuelta de controversias, por ejemplo siempre nos decía que no creía en Dios, que el hombre es un ser tan indefenso e insensato que se invento un gran ser supremo a quien temer, a quien pedir, en fin una excusa para tener algo en que confiar, pues bien en una oportunidad nos dijo que íbamos a salir más temprano que de costumbre porque tenia que ir a la Iglesia a la primera comunión de un sobrino! ¿¿¿Qué??? ¿Pero si el no cree en Dios? Creo que esa fue la exclamación de todos… A la luz de lo poco que aprendí y de lo mucho que me falta por aprender, me amparo a lo que expreso Protágoras: “el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son”, la relatividad esta presente en todos los aspectos de los seres humanos, considero que hay tantas verdades como personas existen y no hay nada más difícil que luchar contra eso. Para alguien que eleve su mirada puede que el cielo sea azul porque Dios así lo decidió, mientras que en ese mismo momento puede haber otra persona elevando su mirada y hablando de onda de la luz electromagnética del sol, de partículas existentes en la atmósfera, etc. ¿Quién tiene la razón? ¿Quién dice la verdad? Yo diría que ambos! Cada cual desde su realidad.

Anónimo dijo...

Muy estimada profesora: le agradecemos enormemente que haya visitado nuestro blog y nos haya dejado su comentario pues nos da la oportunidad de conversar acerca de este tema, tan sutilmente engañoso, lo cual es precisamente nuestro propósito.
No sé si tuvo usted la oportunidad de revisar el contenido teórico que exponemos en este espacio, pero en definitiva, nuestro planteamiento difiere del suyo en lo siguiente: el hombre NO es, ni puede ser, la medida del ser de la realidad. Las cosas son lo que sn y como son, con independencia de cómo sea mi percepción de ellas. LA verdad (entendida como "adecuación del intelecto al ser de la cosa") no depende de mí, sino de la realidad. Piense, por ejemplo, que Ud. llevara puestos en este momento unos anteojos de cristales azules: vería esta pantalla de modo muy diferenete a como la ve ahora, ahora bien...¿¿ha cambiado LA REALIDAD o lo que se ha modificado es SU PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD?? La pantalla sigue siendo exactamente del mismo color, sin importar la variedad de cristales que usemos. En este sentido hay un aspecto que puede parecer insignificante, pero que transforma nuestro modo de entender y vivir el mundo, si queremos asumir el reto de aceptarlo tal cual es: hay tantas PERCEPCIONES de la verdad como personas existen, pero la verdad de cada cosa es una: la que viene con su ser. De una misma realidad, en efecto, puede tenerse diferentes visiones, opiniones o sugerencias y es posible que no se contradigan (como en el caso del color del cielo), pero eso no se debe a que haya muchas verdades, sino a que la realidad es tan vasta que podemos apreciarla desde distintos ángulos y desde cada uno aportar luz hacia su verdadero reconocimiento.
Vuelva a escribirnos cuando quiera: estaremos encantadas de seguir conversando sobre este tema!!!
Gracias de nuevo...

Anónimo dijo...

La dictadura del relativismo

Javier Ortiz
El Mundo

En el discurso cumbre que pronunció antes de su designación como Papa, Joseph Ratzinger, ahora Benedicto XVI, lanzó una diatriba muy singular contra lo que llamó «la dictadura del relativismo».

No he visto que esa requisitoria haya merecido las exégesis necesarias.«La dictadura del relativismo» es un concepto absurdo. Es una pura contradictio in terminis. Por las mismas podía haberse metido con el dogma del antidogmatismo. O con la libertad opresora.O con la oligarquía democrática.

El relativismo es el alma viva del conocimiento científico. Sólo quien duda de la exactitud de sus ideas puede sentirse impelido a ponerlas a prueba y, llegado el caso, a descartarlas, o a restringir su campo de validez, abriendo paso a ideas nuevas, ellas mismas igualmente cuestionables.

El elogio general del dogmatismo que hizo el nuevo Papa -al que, por cierto, ignoro por qué llamamos por aquí Benedicto, en vez de Benito, que es lo mismo, pero más fácil- no resulta sólo llamativo por lo que tiene de hostil a la esencia misma del pensamiento científico, sino también porque desdeña la propia experiencia de la Iglesia católica, tan abundante en errores, a veces muy aparatosos, e incluso sangrientos, cometidos en nombre de tales o cuales dogmas.

El dogmatismo es esencialmente excluyente y agresivo; el relativismo, de natural pacífico y tolerante. Nadie de espíritu relativista habría montado la Santa Inquisición, ni las Cruzadas. Ningún relativista habría propiciado el asalto de Béziers, en el que los soldados adictos al Vaticano pasaron a cuchillo a 20.000 personas, incluyendo mujeres y niños, en nombre de la ortodoxia católica.

Las personas propensas al relativismo renuncian a considerar las ideas y los comportamientos de los humanos conforme a un patrón universal único. Saben que muchos fenómenos que les resultan extravagantes, o incluso aberrantes, se explican -aunque no se justifiquen- a partir de su vinculación con tradiciones culturales que les son ajenas.

Benedicto XVI debería sentirse agradecido a los progresos del relativismo cultural. Porque, de no ser por ellos, sería imposible entender que las sociedades civilizadas modernas acepten la pervivencia de un Estado como el que él ha pasado a encabezar: un Estado que niega la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, que proscribe las libertades de expresión, de asociación y de culto, que rechaza el sufragio universal y elige a sus mandatarios por cooptación... Y paro, que tampoco es cosa de recorrer toda la Declaración Universal de Derechos Humanos.

«Hay que entender que el Vaticano es un Estado, sí, pero que responde a unas pautas muy especiales», replican algunos. Sí, a las pautas de la teocracia. Que sólo valen para quienes creen que algunos mandan «por la gracia de Dios». ¡Ah, si la democracia fuera dogmática!

Anónimo dijo...

Es una lástima que el comentario sea anónimo porque así, tan impersonalmente, es muy difícil responder...Sobre todo porque, siendo sólo un artículo no es posible saber qué esperas...
En cualquier caso y en líneas muy generales -porque para responder a a las superficialidades, imprecisiones y errores que plantea el artículo necesitaríamos algo más de "espacio y tiempo"- podemos decirte que es importante profundizar en la verdad más allá de los prejuicios religiosos...
Da la impresión que más que en contra de la idea, el Sr. Ortiz está en contra de la Iglesia y del Papa...con tal disposición de ánimo es muy difícil acceder sinceramente a la realidad de las cosas.
A poco que se profundice en gran parte de los datos históricos y al delimitar adecuamente la mayoría de los conceptos que plantea el periodista, nos damos cuenta que se trata de un lenguaje en el que abundan las ambigüedades y, por tanto, las manipulaciones.
Te recomendamos, comentarista amigo, que te tomes un tiempo para leer el contenido de nuestro blog por entero, lo cual podrá ayudarte a vislumbrar que el artículo de "El Mundo" en el fondo radicaliza lo que de hecho es cambiante en nuestra vida y relativiza lo que es esencial...con tal confusión son muchos los obsáculos que se plantan al camino de la felicidad que es natural en el hombre.
Nótese lo que afirmamos: sí es cierto que en nuestra vida hay realidades cambiantes y "relativas" (a la posición en el espacio, al propio estado de salud, a la edad, etc...), pero es absurdo concluir por ello que la realidad, la existencia y el modo de ser de las cosas, depende del sujeto que conoce y no de la cosa misma...eso es más cómodo, pero no más cierto...Un relativista sólo puede serlo a profundidad en el plano de las ideas: en la práctica todos vivimos y asumimos verdades absolutas (que no inflexibles o irracionales) como puntos de referenciaen nuestras relaciones y en nuestra conducta...si lo piensas HONRADAMENTE, al menos por un momento, te darás cuenta, casi inmediatamente, que un sistema así no se sostiene y que el único resultado de la proliferación del relativismo es la dictadura: la dictadura del que quiere imponer su opinión a la fuerza porque tiene más poder, la dictadura de los prejuicios, la dictadura de un conocimiento reducido de la realidad...y no la libertad que concede a la persona una vida vivida en busca de la verdad, una vida que asume el reto de ser la plenitud, con sus aciertos y sus bemoles, la libertad que sólo la verdad puede otorgar: la verdad que orienta y da sentido claro a la existencia.